CALENDARIO
2011
“…de esta manera la publicidad con su
pretendida transparencia y criterios de pragmática discursiva, da cuenta
brevemente sobre la razón de ser de los museos: “albergue de tesoros” sin
embargo, las imágenes que componen el mensaje audiovisual sugieren y refuerzan
códigos que contextualizan y localizan al espectador dentro de la trama-mundo
que se pretende promover. Queda claro quiénes albergan los tesoros del mundo y
queda claro quiénes son considerados “el mundo” –en su defecto el primer mundo-
y por lo tanto del tesoro.”
Gerardo Zavarce
En el mundo
contemporáneo en donde el dominio de la representación bajo la figura de la
imagen, ha servido a los intereses de un pragmatismo liberal adherido a la
circulación de signos a manera de productos que se ostentan en el círculo
vicioso de la plusvalía propia del capitalismo cultural. Planteamos, por lo
tanto tamizar dichas imágenes en forma de rebelión subversiva y transgresora,
en tal medida que la ecuación de poder-saber, apegada a la fortaleza de la
imagen en el universo oculocéntrico del liberalismo burgués dilapide su
fortaleza en una suerte de movimiento doblemente inscrito que nos haga repensar
las tensiones y ambivalencias que lo desestabilizan; usando ese poder para en
una suerte de dispositivo crítico apropiarse de la imagen utilizada en este
caso para producir un calendario y con los mismos mecanismos con los que se
publicita la marca, se mercantilizará la imagen del productor artístico, retorno
irónico al “aura” benjaminiana cuya fortaleza metafórica y su discurso retórico
se volcaran pretextos para modificar su misma estructura ontológica
estableciendo nuevos parámetros de valoración de la experiencia estética.
Partimos de la
premisa de que no hay imagen, discurso o práctica cultural, neutra así como
tampoco ideológicamente no comprometida, para poder establecer vías de
contrasentido que se enquisten en la imagen (producto de la moda del momento) y
que beneficiándose de la fortaleza mercantil que poseen estos objetos en
ciertos intervalos festivos del tiempo social, logremos generar nuevos dispositivos de distribución social de
la experiencia estética.
Hoy más que
nunca, nos afrontamos a una forma de hiperestetización de la vida gracias a
disciplinas como el diseño y la ergonomía en el marco de lo que los frankfortinos se
esmeran en llamar “sociedad del capitalismo desarrollado” y que guiados por una
hegemonía planetaria del modelo liberal, se han mostrado serviles a dichos
intereses.
Por otro lado,
dentro del largo desarrollo de la historia del arte, sobre todo de los últimos
dos siglos, persistentemente han sido objeto de crítica los instrumentos de
distribución y apropiación social del conocimiento artístico, entonces creemos
necesario modificar el espectro tradicional en el que se han emplazado los
productos artísticos, elevando el discurso crítico a espacios no convencionales
expandiéndonos hacia territorios impensados e inaccesibles al utilizar
estrategias propias del entendimiento de lo que se ha denominado “bellas artes”
restituyendo la figurada banalidad con la que se despliegan.
Por lo que,
insistir en el asedio de lo íntimo forzará al espectador a meditar la dinámica
del comportamiento público como fundamento para una vida en sociedad, creando
un modelo de interferencia que detone el desarrollo cotidiano de este
individuo, lo cual
nos remite a pensar
que, si existe un proyecto
emancipatorio, -un telos- en lo profundo de las prácticas contemporáneas, éste
estaría emparentado con el desmantelamiento del exorbitante andamiaje de “la
institución arte” en una suerte de proceso de ingerencia en la trama social.
De lo que se
trata es de introducirnos en la esfera privada de conciencia individual
empotrándonos etéreamente en el imaginario del consumidor así como el
territorio en que se ha emplazado el producto. Ya que el objeto como ser autónomo se aparta del producto
artístico, confluyéndose en un adorado fetiche, que se aclama como el último
vínculo en la metamorfosis de la institución artística hacia la institución de
la industria cultural.
Denso
solapamiento que nos invita a especular sobre el agotamiento del gran paradigma
de las artes en donde el museo germina como proyecto ilustrado al acaecer de su
crepúsculo.
Finalmente
concebimos la dificultad que se presenta entre el mundo real y el simulacro en un mundo que a homogenizado los circuitos de realidad,
impidiendo diferenciar lo bello de lo feo, lo verdadero de lo falso, lo bueno
de lo malo, y claro lo real de lo simulado, “la ilusión ya no es posible porque
la realidad tampoco lo es”.
El otro se
convierte en la forma de constituir nuestra identidad, en la teatralidad de la
vida social, la mirada del otro torna nuestras vidas un espectáculo, “uno no es
más que el extra de la escenificación publicitaria del mundo”
lo cual nos confina a emergernos en el mundo de ilusión estética
ARTISTAS PARTICIPANTES:
Gabriela Andrade,
Valeria Andrade,
Miguel Alvear,
Saskia Calderón,
Gabriela Cherrez,
Fernando Falcón (Falco)
Valeria León,
Daniela Miranda,
María José Machado,
Larissa Marangoni,
Sara Roitman,
Paúl Rosero
Adrián Washco.